martes, 22 de marzo de 2011

Marmellar, (el maldito) pueblo maldito

Ya hacía tiempo que mis amigos y yo, queríamos investigar este pueblo llamado Marmellar, pero el maldito (nótese el doble sentido) no se dejaba encontrar. Hasta que, finalmente, el sábado 5 de febrero de 2011, pudimos dar con el, aunque el periplo no fue fácil tampoco.
Ese día, como nos había pasado las anteriores veces que intentamos encontrar las ruinas, yo llevaba una dirección que había encontrado a través de Internet, Google maps en este caso. Pero la verdad, no sirvió de nada.
Como es lógico, los pueblos deshabitados ya no aparecen en ningún mapa, y lo único que se puede hacer, es tratar de averiguar de forma fiable su ubicación por referencias de otras personas que hallan estado antes allí. Nosotros habíamos intentado hacerlo preguntando, o mirando algunos mapas de la zona… Pero finalmente, fue un golpe de suerte con aspecto humano lo que nos llevó hasta el angosto camino que conduce a Marmellar.
Resulta que ese día habíamos conseguido acercarnos algo más al objetivo, preguntando y con la última información que había conseguido, logramos llegar ya de noche, sobre las 8, a una urbanización llamada “la Talaya”. Allí, en la puerta de la misma, intentaba conectar a Internet para volver a comprobar en alguna de las webs si había alguna pista sobre la ubicación del despoblado. Pero mientras la señal se peleaba por llegar a mi móvil, vimos un coche que paró cerca de nosotros y salió un hombre con lo que parecía algún tipo de uniforme: Pantalón verde o caqui (estaba oscuro no se diferenciaba bien), camisa color crema, y un escudo bordado en el bolsillo. Resultó ser un forestal de la zona, que amablemente nos preguntó si podía ayudarnos.
Finalmente tras comentarle que queríamos visitar el pueblo, y el preguntarnos si estábamos seguros de ir de noche, nos llevó hasta la entrada del camino, nos dejó su nombre y número de móvil por si había algún problema y se fue.

Tras esta curiosa introducción, creo que es conveniente saber un poco más sobre la historia de esta población: Marmellar era un pueblo que acabó despoblado por lo que la mayoría, migración a ciudades o a otras comarcas donde encontrar mejores oportunidades. Su extensión era de unas 880 hectáreas, y quedó deshabitado allá por los 60. Respecto a otros datos como la población o las principales actividades de sus gentes, no he encontrado información, pero imagino que sería un lugar de pastoreo y agricultura, como la mayoría de pueblos; pues no recuerdo que hubiera alguna mina cerca o algún otro tipo de fuente de ingresos.
Ahora bien, de lo que si que hay datos, es de un desgraciado suceso mas bien reciente, que se dio allí. Ocurrió la noche del 14 de febrero de 1996, día se San Valentín. Por lo visto, una joven que trabajaba en una gasolinera, al terminar su turno, accedió a acompañar a unos chicos a dicho pueblo. No se saben los detalles, pero es posible que la muchacha pecase de demasiada confianza, pues aceptó ir con ellos siendo que quizá no los conociera.
El terrible hecho que aconteció después, fue que la joven fue violada y quemada por los chicos, y después colocada en uno de los nichos vacíos del cementerio, como los que vemos en la imagen.


Se cree que el crimen fue corte satánico, pero no hay demasiada información al respecto. Igualmente en varios de los lugares del pueblo, pudimos distinguir algunos pentagramas, que se relacionan con el satanismo, aunque están hechos de un modo tan descuidado, que no los tomaría como serios.


Ahora que ya conocemos un poco más sobre este lugar, es hora de comentar como nos fue la visita. En esta ocasión, fuimos AG, RL, y yo, por lo que habría sido de esperar que no hubiera nada interesante, pues como ya dije, solo pasan cosas interesantes cuando AG no viene ( XD pobre AG, es broma no me pegues). Pero he de reconocer que estuvo bastante bien; tras recorrer el camino de tierra lleno de baches, charcos, piedras y zarzas, donde sufrí cada uno de los arañazos que recibió mi pobre focus :-(, apareció ante nuestros ojos la torre de la Iglesia de Sant Miquel.


Orgullosamente erguida frente al paso del tiempo y las inclemencias del clima, se alzaba al final del camino para recibirnos. En el anterior intento de localizar el pueblo, la habíamos visto a lo lejos, desde el castillo de Marmellar, donde llegamos por error pensando que estaría cerca del pueblo; pero no fue así. Pero lo importante es que al fin habíamos llegado donde queríamos, así que comenzamos la exploración. 
Como en la mayoría de pueblos abandonados, los caminos estaban bastante descuidados; aunque eso nunca nos ha detenido. El primer lugar que visitamos, fue el cementerio contiguo al edificio de la vieja iglesia, donde vimos los famosos nichos abiertos y hasta alguna antigua tumba hundida.


Tras inspeccionar el lugar, donde por cierto debía haber dejado una grabadora, pero se me pasó, salimos por un agujero que había en el muro. Me sorprendió que tras esa pared, prácticamente parecía que se terminaba el pueblo, la verdad es que no había muchas ruinas en esa dirección, aunque en al contraria, en la dirección de la casa del colchón, si que se extendían algo mas.
Si he de ser sincero, este pueblo me pareció mas tranquilo y sosegado que otros lugares que hemos visitado; pero claro, yo no soy un sensitivo, así que tampoco puedo opinar mucho. De todos modos no lo voy a menospreciar, ya que independientemente de su extensión o estado de conservación, si que tuvo una aterradora historia.
Volviendo al muro por que habíamos salido, recuerdo que lo rodeamos en dirección izquierda según se sale del agujero, para echar un vistazo alrededor de la iglesia. Sobre dicha iglesia, cabe mencionar que la entrada principal, se encontraba cerrada por una puerta metálica. Pero precisamente cuando rodeamos el edificio, vimos un agujero en la pared por el que nos pudimos colar para echar un vistazo.


Era el típico templo con planta de cruz latina y orientación Este. Lo que quedaba del interior, era la nave central y parte de las capillas; pero a diferencia de Belchite por ejemplo, aun se podía acceder a una especie de terraza interior que tenía en el fondo y a la torre del campanario. Dejé las grabadoras escondidas en un rincón, pero por desgracia no conecté correctamente una de ellas. De todos modos no registraron nada que no fuéramos nosotros hablando y moviéndonos por allí. (Memorándum a mí mismo, la próxima vez, mantenernos alejados de las grabadoras, que somos muy escandalosos).
Respecto a la subida a la torre, he de decir que me esperaba unas escaleras más destrozadas, pero se mantienen en bastante buen estado.


Una vez arriba, debo decir que la vista era bastante limitada, pero bella a su modo.


Se distinguía un último tramo al que se llegaba solo con una escalera de mano, imagino que sería ahí donde iba la campana colocada.


Y más abajo, la soga para tocar la campana, pasaba a través de un agujero hasta la parte inferior de la torre.


Por lo demás, era la típica iglesia antigua en ruinas de pueblo abandonado. Aunque no pudimos distinguir si quedaban restos de las pinturas decorativas debido a la oscuridad, en algunos archivos de Internet parece ser que si que haya alguna foto.
El siguiente objetivo de la visita, fueron las casas que había “al otro lado de la calle”. La verdad es que no sabíamos cual era la famosa casa del colchón, pero descubrimos que precisamente era la más cercana y accesible. Cosa lógica por otra parte, pues para llevar a la fuerza a alguien allí, no podía ser un lugar demasiado complicado.
Una vez en el interior, mis anteriormente nombrados compañeros AG y RL, siguieron adelante mientras yo fotografiaba el interior de aquella primera casa, la que por cierto, aun no sabíamos que era la del colchón. Me sorprendió ver que la cocina estaba casi completa, se distinguían los fogones y lo que parecía la pila.


Después de inspeccionar un poco más, fue cuando me dí cuenta de que en una de las habitaciones contiguas, se adivinaban unos restos de hierro retorcidos y parece que calcinados.


Efectivamente era la casa que estábamos buscando, pero mis compañeros andaban distraídos en otra tarea no menos importante. Antes de ir con ellos dejé de nuevo las grabadoras, esta vez si que bien activadas, sobre los restos del posible lugar del crimen, y como ya dije, no registré nada extraño; sobre todo por los ruidos que hacíamos.
Aunque esos ruidos, los hacíamos por una buena razón. Resulta que en otra de las habitaciones cercanas, RL se había dado cuenta de que había un pozo oculto por la vegetación. Por suerte, además de que no era excesivamente profundo, lo vio a tiempo. Decidimos que debíamos hacer algo, y como el rellenarlo era algo complicado, decidimos despejarlo para que se pudiera ver más fácilmente. En las siguientes tres fotos, se observa la evolución de las “labores de limpieza”.


Como ya comenté en respecto a Belchite, se podría decir que hay unas reglas no escritas sobre el comportamiento en exploraciones de ruinas, ya sean históricas, “misteróicas” o alcohólicas je je je. Y aunque la primera es dejar todo como se ha encontrado, yo creo que la excepción de un peligro evidente justifica lo que hicimos. Además de que solo quitamos hierbas y cruzamos un madero; lo cual no tiene nada que ver con andar haciendo estúpidos grafitos por ahí.
Finalmente, cuando hubimos acabado nuestra labor nos alejamos a explorar el resto e edificios, en uno de los cuales, no recuerdo el lugar exacto por desgracia, encontramos algo interesante.


Esta foto, en la que los amantes de la saga Depredador como yo, quizá les parezca ver a un predator posando de perfil, pertenece al subterráneo de una de las casas. Dicho subterráneo, no parecía que fuese accesible por ningún lado, y lo encontró RL, cuando le dio por mirar a través de un agujero que había a la altura del suelo en una de las construcciones. Tal vez nos planteemos echar un vistazo al posible acceso que parece haber en el pasillo que se ve en las fotos. Por cierto, la mancha de la pared, si es vista por una persona seguidora de HP Lovecraft, quizá le parezca el mismísimo Cthulhu.
Antes de terminar, quería resaltar una cosa, si podéis disponer de un todoterreno, o un coche viejo para estos viajes, usadlo. Lo digo por experiencia propia, pues el camino de acceso a este tipo de lugares, suele ser ligeramente accidentado. Como muestra, un vídeo de cuatro minutos (el original es de 8, pero lo aceleré) donde quité el audio para evitar que oigáis las estupideces que decíamos y lo cambié por un par de pistas de audio muy adecuadas ;-)


Finalmente, haciendo una valoración general de la visita, se podría decir que fue interesante, aunque el periplo anterior a encontrar el “maldito pueblo maldito” tampoco se quedó atrás. De todos modos, como ya dije, no noté ninguna sensación peculiar en aquella visita nocturna, a diferencia de cómo me ha ocurrido en otros lugares. Supongo que todo dependerá de mi disposición, del ambiente, de cómo esté el día… No lo sé, muchos factores. Aun así es un lugar al que me gustaría volver para hacer solo una investigación de índole parapsicológica, como por ejemplo, dejando las grabadoras tranquilas sin que aparezcamos nosotros en todos lados como si fuéramos Dios :-P.
Y que no se me olvide, siguiendo este enlace, tenéis el álbum completo de las fotos para que las podáis ver. Recordad que pulsando la opción “full size image”, podréis ver la foto en su tamaño original.
Un maldito saludo. ¡MUHAHAHAHAHAHAHA…!

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